Advaita Nissargadatta Maharaj
"Yo soy eso"
… Dejó su familia en un momento,
enceguecido por una luz tan intensa
que no podía ver otra cosa.
Luego comprendió el camino del hombre,
de la humanidad.
Eso lo hizo volver y sentarse en su casa
que es su lugar en el mundo.
"el aleteo de las alas de una mariposa, se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino)
EL PRIMER MARTILLEO
Una llega a primera hora de la mañana, después de haber tenido algunos
percances en el trayecto, con sueño atrasado de cuatro días, con el
ánimo por los suelos y un humor de perros, pero una llega. Se acomoda en
su asiento, enciende el ordenador y empieza a notar una especie de
calambre que sube desde el ombligo hasta el pecho, como una especie de
angustia que se dispersa por los pulmones y le impide respirar.
Después de desesperarse o en la misma desesperación, se coloca los
auriculares y le da al play del réquiem de John Rutter que ha escogido
de entre todos los de su smarthphone. "Lux aeterna", tal vez en una
petición urgente de salvación a través de la música.
Tiene los oídos saturados y no ha hecho más que llegar. No puede
soportarlo, hay días que lo lleva bien pero otros como hoy, le pesan
demasiado.
Se pregunta si se puede medir la velocidad de la voz como la del sonido,
la rapidez de las palabras, la intensidad del tono pues parece que
supera todas las barreras, tiene que haber una fórmula para ésto.
Cuántas palabras se pueden decir por minuto, o por segundo o por medio
segundo, cuanta palabrería puede salir de una boca a tan temprana hora,
cómo no se vacía con tanto esfuerzo. ¡que disparate!
Una hora, una hora más o menos dura el primer martilleo. Esto es como
las tormentas, cuando viene con fuerza, las lluvias son torrenciales.
Habrá que aguantar el chaparrón.
A. Aroca
Una llega a primera hora de la mañana, después de haber tenido algunos
percances en el trayecto, con sueño atrasado de cuatro días, con el
ánimo por los suelos y un humor de perros, pero una llega. Se acomoda en
su asiento, enciende el ordenador y empieza a notar una especie de
calambre que sube desde el ombligo hasta el pecho, como una especie de
angustia que se dispersa por los pulmones y le impide respirar.
Después de desesperarse o en la misma desesperación, se coloca los
auriculares y le da al play del réquiem de John Rutter que ha escogido
de entre todos los de su smarthphone. "Lux aeterna", tal vez en una
petición urgente de salvación a través de la música.
Tiene los oídos saturados y no ha hecho más que llegar. No puede
soportarlo, hay días que lo lleva bien pero otros como hoy, le pesan
demasiado.
Se pregunta si se puede medir la velocidad de la voz como la del sonido,
la rapidez de las palabras, la intensidad del tono pues parece que
supera todas las barreras, tiene que haber una fórmula para ésto.
Cuántas palabras se pueden decir por minuto, o por segundo o por medio
segundo, cuanta palabrería puede salir de una boca a tan temprana hora,
cómo no se vacía con tanto esfuerzo. ¡que disparate!
Una hora, una hora más o menos dura el primer martilleo. Esto es como
las tormentas, cuando viene con fuerza, las lluvias son torrenciales.
Habrá que aguantar el chaparrón.
A. Aroca
HILERAS DE PALABRAS
Si llamásemos a las cosas por su nombre, nos sobrarían la mitad de las palabras.
¡Si llamásemos a las cosas por su nombre!
Pero nos da miedo la palabra; esas que nos comprometen, esas que nos desnudan, esas que nos hacen vulnerables, esa hilera de palabras que ya no encuentran modo ni lugar. Dime, ¿acaso tienen las palabras tiempo de caducidad?
Por eso muchas veces no decimos todo lo que pensamos y otras, no pensamos todo lo que decimos.
Y así, vamos pasando páginas como pasan por los años las primaveras, páginas y páginas de palabras innombrables, de blancos infinitos, sin darnos cuenta que de tanto pasar página, se nos termina el libro.
A. Aroca
ROMPER LAS COSTURAS
Si crees que no estás a la altura,
revísate la piel. Si estás en una piel que no te corresponde, tal
vez te quede chica y no te deje crecer. Quizás te oprimen las
costuras y te encoges para caber porque te dijeron demasiadas veces que tenía que
durar para siempre. Revísate la piel y si ves que no cabes en ella,
enderezate y rompe las costuras, estírate y sal de tu envoltorio.
Y
si aún no puedes, no te preocupes demasiado, tarde o temprano, ellas
solas terminaran por ceder; hay que estar a la altura aunque llevemos la piel hecha jirones.
A. Aroca
NOSOTROS
Y LOS QUE NOS HABITAN
Vive
dentro de nosotros un gigante y un enano; también conviven piel a
piel un cordero y un zorro y dentro de nuestra alma, habitan
enfrentados un ángel y un demonio. A veces sale uno y a veces sale
otro; nosotros le damos vida y poder a cada uno de ellos.
Los
conflictos internos no son más que eso, las luchas de poder que se
originan en nuestras entrañas porque al fin y al cabo, nosotros que
presumimos tanto, solo somos un cuerpo vacío gobernado por las
pasiones.
Somos mucho menos de lo que pensamos y mucho más de lo que
creemos.
A.
Aroca
PEQUEÑOS PLACERES
Cenita a solas, bueno con Chuck Berry, pero tranquila conmigo misma; sin ruídos, sin prisas, y lo mejor, sin pensar que mañana hay que madrugar.
Esta es una colección de fotos que pienso colgar de pequeños placeres, o por lo menos a mí me lo parecen. Claro que eso depende del gusto de cada uno.
Un pequeño placer es aquello que te hace sentirte bien por un instante, por muy insignificante que sea. En este caso el placer no está en lo que como sino en el momento de paz que disfruto.
Buenas noches.
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