ENTRE EL PROPÓSITO Y LA ACCIÓN
REFLEXIÓN PARA EL FIN DE SEMANA
Entre el propósito y la acción suele transcurrir un período más o menos
extenso, dependiendo de la voluntad y el carácter de cada uno.
El propósito es la intención mental de cambiar una situación, de
abandonar un hábito, de liberarse de una dependencia, de crear o
modificar una circunstancia, etc...
El propósito lleva implícito un deseo de cambio que mientras se forja en
nuestra cabeza nos ilusiona y nos predispone el ánimo para cualquier
modificación.
A veces, el propósito no trasciende de lo mental, convirtiéndose así en
una sombra que aparece cada día sobre nuestro horizonte para reclamarnos
de parte de la conciencia, un plazo de ejecución. En la mayoría de los
casos, solo queda en una intención porque no es más que una falsa
promesa hecha a nosotros mismos que solemos engañarnos con facilidad en
este tipo de cosas, excusándonos con los más disparatados argumentos,
postergando así la acción en el tiempo hasta que nos olvidamos por
completo de ella.
Todo cambio requiere una decisión y toda decisión, no es más que otra
elección para la que se necesita determinación y valentía.
Elegir entre lo que queremos y lo que debemos; normalmente lo que
deseamos no coincide exactamente con lo que necesitamos y por mucho que
nos queramos engañar, en el fondo lo sabemos, por eso nos cuesta tanto
pasar del propósito a la acción, porque supone algo o mucho de esfuerzo
y como todo cambio, está colmado de incertidumbres donde reina la duda
que es la peor enemiga de la iniciativa.
"La vida está hecha de tantos propósitos y tan pocas acciones".
A. Aroca



