"el aleteo de las alas de una mariposa, se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino)
LO QUE NOS PERTENECE. Reflexión para el fín de semana.
Cada uno tiene que cargar con su propia mochila, la que nos corresponde
por destino o por cualquier otra circunstancia, pero lo cierto es que
cada uno debe asumir su propio peso. Podemos ayudar al otro, pero no
llevar su carga porque entonces soportarías un peso que no te
corresponde y te sentirías cada vez más pesado y por lo tanto, peor y
éste hecho irá influenciando gradualmente en muchos aspectos de tu
vida, sobretodo en lo emocional, que es lo que primero se verá afectado.
A veces nos sentimos en la oblgación de llevar el peso de otros por
diversos motivos: deber, compromiso, costumbres y costumbre, porque
tanto lo bueno como lo malo acaba por convertirse en rutina.
En el caso de nuestros hijos, tendemos a sobreprotegerlos en vez de
enseñarles a ser autosuficientes y a vivir como seres independientes y
libres; nos hacemos cargo de sus mochilas llenas de responsabilidades
para evitarles sufrimiento y los malacostumbramos a ir ligeros como
plumas, con lo cual la futura caída es inevitable.
Nadie debería depender de ningún otro en ningún aspecto, ni económica ni
afectiva ni personalmente; viviríamos con plena libertad, lo que haría
que las personas se reunieran por elección y no por necesidad. Sin
embargo, con el panorama económico actual, cada vez se torna más difícil
la independencia económica, de la que provienen por desgracia, todas las
demás.
A veces, es también un patrón cultural. Somos mejores padres, parejas o
amigos por cargar con la mochila del otro y cuando te das cuenta de lo
erróneo de esa creencia, ya estás demasiado lejos como para retroceder.
Otra cuestión añadida es la culpa. Las mochilas están repletas de
culpas: culpas propias y ajenas, recogidas en un mismo saco de
desconcierto y desesperanza que no se vacía con el tiempo sino muy al
contrario porque por sus agujeros entran sin darte cuenta el
resentimiento, el hastío y la resignación.
Sería bueno entender que no existen culpables, solo errores; errores
subsanables, problemas con solución porque todos los callejones tienen
salida menos el de la muerte, que a veces también constituye una salida
para el sufrimiento aunque esa puerta, solo puede abrirla Dios.
Así que coloca en tu mochila tu propio peso y deja que cada uno soporte
la suya. Camina equilibrado por los senderos que te marca la vida; el
camino, largo o corto, fácil o dificultoso empieza con un solo paso, el
que te llevará a conseguir lo que te corresponde porque imposible no es
aquello que no podamos alcanzar, sino aquello que no está en nuestro
camino y por lo tanto, no nos pertenece.
A. Aroca
Cada uno tiene que cargar con su propia mochila, la que nos corresponde
por destino o por cualquier otra circunstancia, pero lo cierto es que
cada uno debe asumir su propio peso. Podemos ayudar al otro, pero no
llevar su carga porque entonces soportarías un peso que no te
corresponde y te sentirías cada vez más pesado y por lo tanto, peor y
éste hecho irá influenciando gradualmente en muchos aspectos de tu
vida, sobretodo en lo emocional, que es lo que primero se verá afectado.
A veces nos sentimos en la oblgación de llevar el peso de otros por
diversos motivos: deber, compromiso, costumbres y costumbre, porque
tanto lo bueno como lo malo acaba por convertirse en rutina.
En el caso de nuestros hijos, tendemos a sobreprotegerlos en vez de
enseñarles a ser autosuficientes y a vivir como seres independientes y
libres; nos hacemos cargo de sus mochilas llenas de responsabilidades
para evitarles sufrimiento y los malacostumbramos a ir ligeros como
plumas, con lo cual la futura caída es inevitable.
Nadie debería depender de ningún otro en ningún aspecto, ni económica ni
afectiva ni personalmente; viviríamos con plena libertad, lo que haría
que las personas se reunieran por elección y no por necesidad. Sin
embargo, con el panorama económico actual, cada vez se torna más difícil
la independencia económica, de la que provienen por desgracia, todas las
demás.
A veces, es también un patrón cultural. Somos mejores padres, parejas o
amigos por cargar con la mochila del otro y cuando te das cuenta de lo
erróneo de esa creencia, ya estás demasiado lejos como para retroceder.
Otra cuestión añadida es la culpa. Las mochilas están repletas de
culpas: culpas propias y ajenas, recogidas en un mismo saco de
desconcierto y desesperanza que no se vacía con el tiempo sino muy al
contrario porque por sus agujeros entran sin darte cuenta el
resentimiento, el hastío y la resignación.
Sería bueno entender que no existen culpables, solo errores; errores
subsanables, problemas con solución porque todos los callejones tienen
salida menos el de la muerte, que a veces también constituye una salida
para el sufrimiento aunque esa puerta, solo puede abrirla Dios.
Así que coloca en tu mochila tu propio peso y deja que cada uno soporte
la suya. Camina equilibrado por los senderos que te marca la vida; el
camino, largo o corto, fácil o dificultoso empieza con un solo paso, el
que te llevará a conseguir lo que te corresponde porque imposible no es
aquello que no podamos alcanzar, sino aquello que no está en nuestro
camino y por lo tanto, no nos pertenece.
A. Aroca
*ESCAPADAS EMOCIONALES*
Ante la imposibilidad de huir físicamente, se pueden hacer escapadas
emocionales que es lo mismo que evadirse o retirarse de la realidad
cotidiana, del mundanal ruído y del resto de la especie sin desaparecer
del mapa geográfico de costumbre.
Es curioso como algo tan fácil y tan entendible, suele molestar a los de
alrededor, que enseguida te tachan de raro, solitario o excéntrico.
Cuando algo no se conoce o no se comprende, lo primero que hacemos es
ponerle nombre, con no muy buen gusto; esa maldita costumbre de
catalogar a los que actúan de forma diferente a uno mismo.
Todo el mundo puede viajar físicamente pero no todos pueden llegar a
donde les lleve su mente, simplemente porque están demasiado ocupados
con la vida de los demás.
A. Aroca
Ante la imposibilidad de huir físicamente, se pueden hacer escapadas
emocionales que es lo mismo que evadirse o retirarse de la realidad
cotidiana, del mundanal ruído y del resto de la especie sin desaparecer
del mapa geográfico de costumbre.
Es curioso como algo tan fácil y tan entendible, suele molestar a los de
alrededor, que enseguida te tachan de raro, solitario o excéntrico.
Cuando algo no se conoce o no se comprende, lo primero que hacemos es
ponerle nombre, con no muy buen gusto; esa maldita costumbre de
catalogar a los que actúan de forma diferente a uno mismo.
Todo el mundo puede viajar físicamente pero no todos pueden llegar a
donde les lleve su mente, simplemente porque están demasiado ocupados
con la vida de los demás.
A. Aroca
Hoy se cumplen cien años del nacimiento del Julio Cortázar, escritor
argentino, una de la grandes figuras del «boom» de la literatura
hispanoamericana del siglo XX. Cultivador del cuento fantástico, los
relatos breves de Cortázar se apartaron sin embargo de la alegoría
metafísica para indagar en las facetas inquietantes y enigmáticas de lo
cotidiano, en una búsqueda de la autenticidad y del sentido profundo de
lo real que halló siempre lejos del encorsetamiento de las creencias,
patrones y rutinas establecidas. Su afán renovador se manifiesta sobre
todo en el estilo y en la subversión de los géneros que se verifica en
muchos de sus libros, de entre los cuales la novela /Rayuela/ (1963)
sobresale como su obra maestra.
Rayuela considerada una de las primeras obras surrealistas de la
literatura argentina, con un total de 155 capítulos, cuya lectura admite
varias posibilidades: leyendo secuencialmente de principio a fin;
leyendo secuencialmente desde el capítulo 1 al 56 y prescindiendo del
resto; por la secuencia establecida por el autor en el tablero de
dirección (que se encuentra al inicio del libro) saltando y alternando
capítulos ó por el orden que el lector desee, explica Cortázar.

Siguiendo la secuencia del tablero, me paro en el capítulo nº 7, "Toco
tu boca"

"Toco tu boca"
/Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola
como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se
entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y
recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi
mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con
soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu
cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente
con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja./
/Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces
jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se
agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se
miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan
tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en
los dientes, jugando en sus recintos, donde un aire pesado va y
viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan
hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo
mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de
peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos
el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber
simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una
sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar
contra mí como una luna en el agua./
Los recuerdos te dan un pellizco de nostalgia en el corazón.
Ahora con las nuevas tecnologías, uno puede guardar cientos de fotos yde archivos en un CD, o en un pen que ocupa menos que un mechero, perola sensación de abrir una caja llena recuerdos no tiene comparación.Entre ellos, estas postales que recibí en mi adolescencia, guardadascomo un tesoro aunque lo mejor no está en las ilustraciones de lastarjetas sino en lo que se escribía al dorso. El encanto de lacaligrafía y del matasellos, de esa firma apresurada casi sin espacio,de ese sentimiento expresado entre cuatro esquinas, no tiene precio.
Los recuerdos te dan un pellizco de nostalgia en el corazón.A. Aroca
Vivir
1. Color del mundo
25. De palabra en palabra
El pensamiento avanza de palabra en palabra. Paso a paso, sílaba a sílaba, el idioma pasa a ser una revelación. Gracias al idioma, sobrevivimos. El lenguaje es una bolsa de ideas, una metafísica que no tiene reglas, una propuesta que cada día es distinta.
Gracias a los sentimientos tomamos conciencia de que no somos otros, si no nosotros mismos. Los sentimientos nos otorgan nombre, y con ese nombre somos lo que somos.
2. El miedo
Andamos por el mundo con el miedo a cuestas como si fuera un pudor obligatorio o en su defecto una variante del fracaso. Por las dudas, una buena fórmula contra el miedo la que dejó escrita el bueno de Pessoa: "Espera lo mejor y prepárate para lo peor"
3. Escépticos y optimistas
Los escépticos no echan de menos las ausencias. Los optimistas aprenden del ayer y no lo borran. Los escépticos van y vienen sin nada. Y lo que es peor sin nadie. Los optimistas hacen un nudo con las certidumbres y llenan su bolsillo de poesía.
4.Vaivenes Cada existencia tiene sus vaivenes, es decir sus pormenores.
8. Utopías
Lo imposible es una burla de los dioses. Todos venimos al mundo con la obsesión de un imposible y cuando tomamos conciencia de que el imposible es eso: un imposible, ya es tarde para refugiarnos en la sensatez. Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido. Algunos lo llaman utopía, pero la utopía es más seductora. No tiene puertas cerradas como lo imposible. No nos desprecia como lo prohibido. Lo prohibido es casi siempre un desafío que nos derrota.
9. Sobre sencillez
Todo mandante se afana en no ser sencillo. La dificultad es su muro de contención, su bastión, su blindaje. En la sencillez, los hombres y mujeres se amparan, se comprenden, se alivian. Cómo no tener en cuenta que la muerte es la cumbre de la sencillez.
10. Pérdidas
El pasado es una colección de silencios. Lo perdido tuvo color, pero ahora es incoloro. Lo perdido es también un par o dos de labios que probaron el sabor de los mios, y que ahora tan solo pueden besar mi memoria. Todo se va borrando, todo pasa a ser sombra y vacío.
13. Ecos y ecos
Los ecos nos siguen o más bien nos persiguen, pero su compañía, aunque sea clamorosa, nos sirve de poco. Con ellos vamos un poco desolados, porque ansiamos verdades y no reflejos, hechos y no desechos. Nada podemos reclamarles porque son presencias fantasmales, espejos de lo que oyeron y ya no está, parodias de la muerte. Yo dejo que suenen y resuenen. Allá ellos. Yo prefiero entenderme con mis voces.
15. Sobre suicidas
Quienes venimos a este mundo somos irremediables suicidas, pero no todos de la misma calaña. El suicida inevitable es el que se sabe condenado a morir, ya sea de un infarto, un cáncer o un accidente en carretera. El suicida vocacional, en cambio, es el que se pega un tiro en la cabeza.
18. Picazones y rascacielo
Sé de una muchacha que es un cielo y al parecer le pica el alma. Quiero ser rascacielo.
19. Vértigos
Cuando atraviesa nuestra soledad, el vértigo se lleva la melancolía, pero nos deja más vacíos, más carentes, aunque eso si, más estables y serenos. No obstante, cuando se nos mete clandestinamente en el sueño nuestras pesadillas buscan como locas la salvación al despertarse.
21. Alertas
En este mundo nuestro, todos vivimos en estado de alerta. La alarma se ha convertido en un estilo de vida, y a veces es una antesala de la muerte.
23. Transparencias
Todo lo que es opaco fue antes transparente: el odio, la lascivia, la pasión, el fanatismo, la gula. Cada opacidad carga con su fantasma, vale decir, con su transparencia. Los pensamientos pueden ser opacos, pero los sentimientos casi siempre son diáfanos.
La transparencia no siempre es una ventaja. Hay rostros tan transparentes que ni el espejo puede opacarlos. También las religiones, cuando son transparentes, revelan que sus dioses son opacos. El llanto es transparente, pero ahí están los párpados para hacerlo opaco. Aunque nadie lo dice, entre lo opaco y lo transparente, suele aparecer una valla sutil, llamada ser humano.
2. El miedo
Andamos por el mundo con el miedo a cuestas como si fuera un pudor obligatorio o en su defecto una variante del fracaso. Por las dudas, una buena fórmula contra el miedo la que dejó escrita el bueno de Pessoa: "Espera lo mejor y prepárate para lo peor"
3. Escépticos y optimistas
Los escépticos no echan de menos las ausencias. Los optimistas aprenden del ayer y no lo borran. Los escépticos van y vienen sin nada. Y lo que es peor sin nadie. Los optimistas hacen un nudo con las certidumbres y llenan su bolsillo de poesía.
4.Vaivenes Cada existencia tiene sus vaivenes, es decir sus pormenores.
8. Utopías
Lo imposible es una burla de los dioses. Todos venimos al mundo con la obsesión de un imposible y cuando tomamos conciencia de que el imposible es eso: un imposible, ya es tarde para refugiarnos en la sensatez. Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido. Algunos lo llaman utopía, pero la utopía es más seductora. No tiene puertas cerradas como lo imposible. No nos desprecia como lo prohibido. Lo prohibido es casi siempre un desafío que nos derrota.
9. Sobre sencillez
Todo mandante se afana en no ser sencillo. La dificultad es su muro de contención, su bastión, su blindaje. En la sencillez, los hombres y mujeres se amparan, se comprenden, se alivian. Cómo no tener en cuenta que la muerte es la cumbre de la sencillez.
10. Pérdidas
El pasado es una colección de silencios. Lo perdido tuvo color, pero ahora es incoloro. Lo perdido es también un par o dos de labios que probaron el sabor de los mios, y que ahora tan solo pueden besar mi memoria. Todo se va borrando, todo pasa a ser sombra y vacío.
13. Ecos y ecos
Los ecos nos siguen o más bien nos persiguen, pero su compañía, aunque sea clamorosa, nos sirve de poco. Con ellos vamos un poco desolados, porque ansiamos verdades y no reflejos, hechos y no desechos. Nada podemos reclamarles porque son presencias fantasmales, espejos de lo que oyeron y ya no está, parodias de la muerte. Yo dejo que suenen y resuenen. Allá ellos. Yo prefiero entenderme con mis voces.
15. Sobre suicidas
Quienes venimos a este mundo somos irremediables suicidas, pero no todos de la misma calaña. El suicida inevitable es el que se sabe condenado a morir, ya sea de un infarto, un cáncer o un accidente en carretera. El suicida vocacional, en cambio, es el que se pega un tiro en la cabeza.
18. Picazones y rascacielo
Sé de una muchacha que es un cielo y al parecer le pica el alma. Quiero ser rascacielo.
19. Vértigos
Cuando atraviesa nuestra soledad, el vértigo se lleva la melancolía, pero nos deja más vacíos, más carentes, aunque eso si, más estables y serenos. No obstante, cuando se nos mete clandestinamente en el sueño nuestras pesadillas buscan como locas la salvación al despertarse.
21. Alertas
En este mundo nuestro, todos vivimos en estado de alerta. La alarma se ha convertido en un estilo de vida, y a veces es una antesala de la muerte.
23. Transparencias
Todo lo que es opaco fue antes transparente: el odio, la lascivia, la pasión, el fanatismo, la gula. Cada opacidad carga con su fantasma, vale decir, con su transparencia. Los pensamientos pueden ser opacos, pero los sentimientos casi siempre son diáfanos.
La transparencia no siempre es una ventaja. Hay rostros tan transparentes que ni el espejo puede opacarlos. También las religiones, cuando son transparentes, revelan que sus dioses son opacos. El llanto es transparente, pero ahí están los párpados para hacerlo opaco. Aunque nadie lo dice, entre lo opaco y lo transparente, suele aparecer una valla sutil, llamada ser humano.
25. De palabra en palabra
El pensamiento avanza de palabra en palabra. Paso a paso, sílaba a sílaba, el idioma pasa a ser una revelación. Gracias al idioma, sobrevivimos. El lenguaje es una bolsa de ideas, una metafísica que no tiene reglas, una propuesta que cada día es distinta.
Mario Benedetti - Vivir adrede.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
QUIEN HA VIVIDO MUCHAS TORMENTAS Hay una tierra devastada, destruida por un temporal que el destino caprichoso hace volver una y otra ...

-
*EROS O THANATOS* Fue el famoso psicoanalista Sigmund Freud quien utilizó los nombres de Eros y Thanatos para referirse a dos...