Cortázar, escuela de libertad

Hoy se cumplen cien años del nacimiento del Julio Cortázar, escritor
argentino, una de la grandes figuras del «boom» de la literatura
hispanoamericana del siglo XX. Cultivador del cuento fantástico, los
relatos breves de Cortázar se apartaron sin embargo de la alegoría
metafísica para indagar en las facetas inquietantes y enigmáticas de lo
cotidiano, en una búsqueda de la autenticidad y del sentido profundo de
lo real que halló siempre lejos del encorsetamiento de las creencias,
patrones y rutinas establecidas. Su afán renovador se manifiesta sobre
todo en el estilo y en la subversión de los géneros que se verifica en
muchos de sus libros, de entre los cuales la novela /Rayuela/ (1963)
sobresale como su obra maestra.

Rayuela considerada una de las primeras obras surrealistas de la
literatura argentina, con un total de 155 capítulos, cuya lectura admite
varias posibilidades: leyendo secuencialmente de principio a fin;
leyendo secuencialmente desde el capítulo 1 al 56 y prescindiendo del
resto; por la secuencia establecida por el autor en el tablero de
dirección (que se encuentra al inicio del libro) saltando y alternando
capítulos ó por el orden que el lector desee, explica Cortázar.

…..........................................................


Siguiendo la secuencia del tablero, me paro en el capítulo nº 7, "Toco
tu boca"







"Toco tu boca"




/Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola
como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se
entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y
recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi
mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con
soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu
cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente
con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja./

/Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces
jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se
agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se
miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan
tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en
los dientes, jugando en sus recintos, donde un aire pesado va y
viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan
hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo
mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de
peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos
el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber
simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una
sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar
contra mí como una luna en el agua./

2 comentarios:

  1. Con tu permiso, otro fragmento de Cortázar, "amor 77" de "un tal lucas", para ti

    Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.

    Julio Cortázar

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  2. Gracias por tu aportación.
    éste no lo he leído

    ResponderEliminar

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