TUAREGS

"Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh."

"A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados.
Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa."

"Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio. Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo."

"A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas. Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua. Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor! Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

Lo que más me chocó en mi primer viaje a Europa fue que vi correr a la gente por el aeropuerto. ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer? me pregunté. Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida. Vi correr el agua y sentí ganas de llorar.¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas; allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra. Aquí, por la noche, miráis la tele...

Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa. En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!"

Moussa Ag Assarid






Enviado de Samsung Mobile

Alfonsina y el mar-Pasión Vega



MI PRIMER ENCUENTRO



Avanzo lentamente por la playa sintiendo el crujir de la arena húmeda entre los dedos. Frente a mí, las olas que se quiebran ordenadamente sobre la orilla tallada, dejando tras de sí, un hilo blanco, espumoso y disolvente. Mis pies, se sumergen en la primera ola y la sal helada me llega al alma como un escalofrío.

Es un momento sublime e inolvidable que abarca todos mis sentidos; el olor del mar, el fragor de la resaca y yo, tan insignificante como un grano de arena ante tal inmensidad. ¿Qué criatura no sería capaz de sucumbir ante la belleza de esta bendita playa?
Mi primer encuentro con el océano, sueños de invierno que hoy alcanzo en el tiempo; se me figura inquietante y delicioso, como de un enamorado, su primer beso.

A. Aroca
SÉ FELIZ

"Un  día sin sol y un día sin música tiene las mismas consecuencias". Si no fuese porque en mi paseo diario veo los arriates cuajados de flores, pensaría que aún no ha llegado la primavera, pero no es así. El olor a azahar de mi barrio me devuelve la sonrisa. Siempre hay días nublados, fríos y grises; incluso en el más sofocante  verano he visto caer la lluvia y después el cielo nos ha regalado el mejor de los arcoiris. No hay que desesperarse por estos días de viento, agua y frío que se han colado en el calendario de esta recién estrenada primavera.  Como le decía a una buena amiga con los ánimos por el suelo: "sal a la calle y mójate un poco, deja que el agua resbale por tí y como si fuese agua bendita, deja que te limpie y se lleve todo lo negativo que hay en ti".  Al cabo del rato me llamó y me dijo: ya lo he hecho, y me siento mucho mejor. Esto es así, las cosas no son ni buenas ni malas, son como uno se las tome. Y si no te funciona lo del agua, empapate de música, y sé feliz.

A. Aroca


Amy Winehouse - Blues in the night

CUENTO ZEN SOBRE LA IMPACIENCIA

"Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes. Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas estériles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas, la planta de bambú crece ... ¡más de treinta metros!
- ¿Tarda sólo seis semanas en crecer?
- ¡No! La verdad es que se toma siete años para crecer y seis semanas para desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú genera un complejo sistema de raíces que le permiten sostener el crecimiento que vendrá después.
En la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Quizá por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados a corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado." 

QUIEN HA VIVIDO MUCHAS TORMENTAS Hay una tierra devastada, destruida por un temporal que el destino caprichoso hace volver una y otra ...