Leonid Kogan - Tchaikovsky - Valse-Scherzo in C major, Op 34

La primavera a la vuelta de la esquina y la luna llena para mañana. Me puedo identificar perfectamente con esta pieza de Tchaikovsky, inquieta y serena a la vez. La primavera me llama, me vuelve loca de atar, me da ganas de vivir, de reir, de bailar y de tirarme a la calle en busca de los primeros rayos calientes de sol y no ver la hora de recogerme. Es lo que tenemos los nacidos en esta época, que nos abrimos a la vida como las flores.

SER Y EXISTIR

Se puede adoptar mil formas diferentes, depende de la imaginación de
cada uno, pero en el fondo se trata de la misma persona. No hay que
pensar tanto en quién es uno, como es uno, o que dice uno, solo hay que
ser UNO. Ser y existir no es lo mismo.

Se dice que alguien le preguntó a Buda: ¿que es lo que tu y tus
discípulos practican? El les respondió: "nosotros nos sentamos,
caminamos y comemos". Entonces volvió a cuestionar: "pero cualquiera
puede sentarse, caminar y comer" El Buda contestó: "Nosotros, al
sentarnos, somos conscientes de estar sentados, al caminar, somos
conscientes de estar caminando y al comer, somos conscientes de estar
comiendo.

Esa es la diferencia entre ser y existir. Puedes existir de muchas
formas, pero solo puedes ser de una, la que está en el fondo, recubierta
por miles de cáscaras quizás.

Esa es la más verdadera y consciente, y la que tu conoces.


A. Aroca

REFLEXIONES


Nunca me ha importado demasiado cumplir años; llegué a los treinta con
gran entusiasmo, a los cuarenta con más ganas de vivir y he alcanzado
los cincuenta con cierto desencanto. Nunca me preocupó la edad pero he
de decir que cuando he cruzado el umbral del cinco, la vida se ha parado
ante mí en seco y me ha dicho casi gritándome: "pero tu eres tonta, esta
eres tu y esto es lo que hay" . No me ha dado opción, "o conmigo o
contra mí", y me ha hecho tomar decisiones muy serias respecto a mi
persona porque si hay algo de lo que puedo enorgullecerme en estos
cincuenta años es de mi fortaleza para seguir adelante. Por supuesto que
a veces caigo en agujeros negros de melancolía pero en cuanto saco la
cabeza, el coraje hace el resto y estoy lista de nuevo para la batalla
de la vida.

Ha sido un fin de semana muy intenso y he tenido una sensación extraña,
como si de repente alguien tirase de mí como quien tira de una cometa y
la baja de las nubes hacia el suelo; como si me hubiesen dado dos
bofetadas y me hubiesen despertado de un largo sueño. Y también he
sentido una gran paz interior y una terrible calma, agridulce, de
alegría y dolor.

Por supuesto me he quedado con la primera parte, si la vida me dice:
conmigo o contra mí, yo siempre elegiré: con la vida, con la alegría,
con los sueños, con la ilusión, con la magia, con el amor y con la
libertad. Estas son mis palabras y voy a procurar que quién esté conmigo
tenga el mismo vocabulario que yo.

Madurar no es envejecer y yo me niego a envejecer sin ilusiones, como si
los actos, los sentimientos, las emociones y las palabras tuviesen que
medirse con la edad. No se puede confundir juicio, prudencia y sensatez
con rigor, severidad y dogmatismo. Y que me llamen lo que quieran, yo se
lo que soy y lo que necesito.

Hace mucho tiempo escribí una frase que decía: "Hay quien te ayuda a
envejecer y hay quien te ayuda a envejecer antes"

Hoy por hoy, le añadiría: " en este caso, es mejor envejecer solo" .


A. Aroca

MIS VERSOS


Mis versos se quedaron tendidos al sol,
una mañana de verano, entre las buganvillas resecas y el sabor a asfalto.

Mis versos se quedaron partidos por la mitad, sin más oportunidad, sin
esperanza ni acierto;
poemas sin terminar y besos muertos, muertos de ganas de despertar en tu
silencio.
Mis versos se quedaron en la punta de mi lengua, cortados por el silencio,
heridos de mil batallas imaginarias que surcaron el otoño y perdieron
el invierno.

Ahí se quedaron mis versos, como tantas otras cosas sin terminar: una
conversación, un amanecer,
una noche de placer, un vino para brindar, una cama con dosel, un
regalo a medio hacer, un libro abierto;
un pasado que se va, un futuro que es incierto, una razón para amar,
motivos para olvidar
y un amargo desencuentro.

Y hoy que es presente, mis versos quieren volver ,
volver a ser descubiertos, volver para emocionar,
volver a hablar de tus besos.

Mis versos quieren volver, empeñados en amar,
pero yo ya no los dejo.

A. Aroca

Eagles - Hotel California (Lyrics)

Mi canción favorita de todos los tiempos, me la dedico por mi cumple, como no.

BUENA REFLEXIÓN  DE SARAMAGO PARA UN DIA DE CUMPLEAÑOS.

¿Que cuántos años tengo? 

¡Qué importa eso!

 ¡Tengo la edad que quiero y siento!

 La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.

Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido...

Pues tengo la experiencia de los años vividos

y la fuerza de la convicción de mis deseos.

 ¡Qué importa cuántos años tengo! 

 ¡No quiero pensar en ello! 

 Pues unos dicen que ya soy viejo

otros "que estoy en el apogeo".

Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,

sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

 Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,

para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,

rectificar caminos y atesorar éxitos.

 Ahora no tienen por qué decir:

¡Estás muy joven, no lo lograrás!...
¡Estás muy viejo/a, ya no podrás!...

 Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.

 Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras... es un remanso de paz, como el atardecer en la playa.. 

¿Qué cuántos años tengo? 

No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que eso! 

¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!

 Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!

 Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.

Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos 

 ¿Qué cuántos años tengo? 

 ¡Eso!... ¿A quién le importa?

 Tengo los años necesarios para perder ya el miedo
y hacer lo que quiero y siento!!.
Qué importa cuántos años tengo.
o cuántos espero, si con los años que tengo,
¡¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!!

Rania. Canción Tradicional Sefardí "Puncha, puncha"

Ayer tuve la suerte de escucharla otra vez en directo, en el pequeño teatro del mercado de Triana. Sensibilidad a flor de piel en aquél reducido espacio de apenas veintiocho asientos. Su voz y el piano de su hermano David nos emocionaron durante hora y media. Una exquisitez, una delicia para los sentidos, y un lugar perfecto para los que estábamos allí, todos amigos, en honor de la música y la sensibilidad. Bravo Rania  y gracias.