Se me viene a la cabeza cualquier pedacito de su piel, cualquier parte de su anatomía que me sorprende así de repente por los senderos ilimitados de la memoria. Sin buscarlo, sin esperarlo, sin desearlo; me vuelvo a estremecer como si unos dedos invisibles me rozaran, como si unos labios intangibles pero húmedos,  recorriesen mi silueta, como si un peso etéreo presionara rítmicamente contra la parte más vulnerable de mi cuerpo, anegándolo de placer.
Apenas si respiro porque me da miedo que al hacerlo, se esfume ese escalofrío que huele y sabe a él.
Un espasmo me sacude nuevamente en silencio y exhalo un soplo de aliento que me devuelve a la vida; se ha consumado el acto sin tacto, el sexo sin miembro.
Es extraño ser poseída por un fantasma.

@Maroka

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