LLEGAR A BUEN PUERTO

Tal vez en otra época hubiese tenido muchos motivos para escribir,
hubiese llenado mis páginas de poesía, de pequeños relatos llenos de
sentimiento y de alegría. Tal vez en otra época hubiese necesitado
expresar lo contento de mi corazón y le haría una oda a lo sorprendente
de la vida; tal vez en otra época no muy lejana yo caminaba en un mar
turbulento incapaz de mantener el rumbo.
Hoy sin embargo, no he dejado de sentir pero manejo mi barca, las
turbulencias han desaparecido y la quietud de mi mente también ha
llegado a mi corazón que empieza a serenarse.
Quietud no significa inacción, quietud significa serenidad y calma.
Un alma en calma te da fortaleza para seguir, un alma en calma
mantiene las manos abiertas pero no pide nada, no fuerza nada, solo
espera aún sin esperar nada.
La vida sucede cada día, no hay que preocuparse de las olas que
vendrán mañana sino navegar con las que te agiten hoy; navegar con el
corazón, evitar la piratería, izar las velas al viento y estar dispuesto
a cambiar de rumbo si es preciso pero guíado siempre por la brújula de
tu interior. Esa nunca te falla, aunque los demás te digan que no
funciona, sigue a tu brújula en calma y te dará la razón el tiempo.

Ese es el secreto para llegar a buen puerto.
Llegar a buen puerto es lo más parecido a la felicidad.

A. Aroca

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