“Solo
sé que no sé nada”
Es
un conocido dicho que se deriva de lo relatado por el filósofo
griego Platón acerca de Sócrates, su maestro y uno de los
representantes fundamentales de la filosofía de la Grecia clásica.
La
imprecisión de parafrasear este fragmento como «sólo sé que nada
sé» radica en que el autor no está diciendo que no sabe nada, sino
que hace ver que no se puede saber nada con absoluta certeza, incluso
en los casos en los que uno cree estar seguro.
Muy
buena frase para aplicar en esos momentos en los que reina la
incertidumbre y la verdad se confunde con la mentira, la ilusión con
la realidad y el presente con el pasado creando así una hecatombe del
pensamiento, o dicho de forma coloquial, volviéndonos locos de atar.
Seguro que alguna vez has parafraseado lo mismo que Platón cuando no
entiendes nada de lo que pasa a tu alrededor.
Es
un recurso fácil al que recurre nuestra mente agotada, lo curioso es
que es tan solo una parte de una oración más larga. La frase
completa sería “solo sé que no sé nada y, al saber que no sé
nada, algo sé, porque sé que no sé nada”.
Pues,
menos mal.
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