EN CÁDIZ ÉSTO SERÍA UN ¡¡CAJONAZO!!
Resulta que me inscribo en una página relacionada con el mundo de las
letras para participar en una especie de eliminatoria por provincias
donde, aficionados a la escritura, envían sus relatos bajo unas bases
concretas, con el fín de elegir al mejor.
Escribo mi relato y lo envío cumpliendo todos los requisitos – no más de
150 palabras, con romanos comiendo como protagonistas- todos menos uno:
tenía que haberme inscrito en la página oficial como participante y no
sólo como miembro del grupo.
Por lo tanto, no estoy en la clasificación y quedo eliminada de inmediato.
¡cómo se pude ser tan despistada!
En fin, aquí os dejo mi relato; por lo menos, si no ve la luz en el
concurso, que la vea en mi blog.
Para todos mis lectores caseros:
LA ÚLTIMA MANZANA
Mi señor y el resto de los comensales, se deleitaban en el triclinium
con abundantes manjares mientras debatían sobre política. Boquiabiertos
se quedaron cuando con ímpetu desacostumbrado, irrumpí en la mesa;
alzando mi mano sobre la que reposaba una manzana ya madura y, fijando
la mirada en el hueco blanco y acuoso que le había producido un leve
mordisco, proferí, a pesar de mi condición de concubina:
"Mirad esta fruta, devorada por mi boca amarga, así como yo, por el
tiempo. Jamás recobrará el trozo que se llevaron mis labios y cuyo surco
empieza a ser mugriento. No podría recomponerla como tampoco se puede
rescatar el tiempo. Ni volverán esos años de esplendor de los que
habláis -profeticé como un postre indigesto para aquellos patricios de
estómagos insatisfechos, a sabiendas que aquella sería mi última
manzana- ¡Arrogantes romanos, tampoco la gloria volverá a Roma!
A. Aroca