Schumann - Symphonic Etudes, op. 13 - Ilya Rashkovskiy





precioso!!!!
*CON FALDAS Y AL VIENTO*



Vuelta al trabajo y lo único que me he alegrado de ver es a mi pobre
bicicleta que la dejé atada en el recinto con una rueda pinchada allá
por finales de junio. No suelo ponerme faldas para ir en bici por la
incomodidad que ello supone pero aquella mañana me atreví con una que
era más ancha que las demás. Esta no me dará problemas -pensé- y a las
siete y media de la mañana me lancé a la calle con mi falda y mis
tacones, arreglá pero informal, que diría La Martirio.

No fue la estrechez de la prenda lo que me causó problemas sino todo lo
contrario; hacía un viento de mil demonios, y como el tejido era mitad
de seda, al más mínimo soplo de aire la tenía volando muy por encima de
las rodillas, bastante por encima diría yo, que desde mi perspectiva
veía como las piernas se quedaban desnudas mientras yo intentaba reducir
la velocidad con la intención de amainar el viento a la vez que mi mano
izquerda sujetaba la tela de la ventolera.

El trayecto hacia el trabajo no es muy largo pero hay que sortear
algunos obstáculos como viandantes aún dormidos, conductores
despistados, algún que otro bache y una ristra de árboles que están
plantados justo en medio del carril, bueno más bien plantaron el carril
después alrededor del árbol – sí o sí- con lo que a veces, sostenerse
sobre una mano tanto tiempo es un poco peligroso.

Llegué a mi destino con más o menos apuros, decidida a volver en autobús
o a pie y dejar los pedales para el día siguiente pero a la hora de
salir, me volvi a armar de valor y me subí a la bicicleta mientras me
decía a mí misma que en diez o quince minutos estaría en casa y total,
que más daba si se me levantaba la falda, que se iba a ver si con la
cestilla en el manillar, tenía cubierto el frente y además, si iba más
tiempo de pie que sentada, mantendría la tela en su lugar aunque os
aseguro que el viento no estaba de mi parte y soplaba aún más fuerte que
por la mañana.

Cuando llegué a la esquina, mi bicicleta pinchó y tuve que dar la
vuelta, más aliviada que fastidiada, esa es la verdad, porque una es
atrevida, claro que sí, pero si te cae una ayudita...

Casualidades de la vida.



A. Aroca

A PROPÓSITO DEL VIENTO

"Eso es lo que hay, que cuando no entra el poniente, entra el levante" expresaba con cierto desencanto un zahareño al que conozco y no se refería precisamente al viento.
Buena metáfora que hizo el hombre refiriéndose a su devenir diario.
 ¡Cuánto se puede decir con tan poco!
EL DETALLE

"la palabra es importante pero está vacía sin los hechos y aún más importante que las palabras y los hechos, están los detalles; el detalle, ese pequeño toque tan sutil y tan poco estimado".

Bob Marley - Is this Love





Traigo el alma Llena de libertad
Y SIN PLANEARLO ME ENCONTRÉ CON...

Un día en Salamanca, dos en los San Fermines, otro día más en San Sebastián, una visita a Burgos y una noche mágica en Toledo. Rumbo al sur echando amarras en Zahara de los Atunes pero con escapadas, como no, a Caños de Meca, Bolonia,  y Tarifa. No están nada mal estas vacaciones  que hoy terminan.
A veces, la aventura da buen resultado.


   

Otis Redding-Sitting on the dock of the bay

Capítulo 93

Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fájate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.

Julio Cortázar - Rayuela.

QUIEN HA VIVIDO MUCHAS TORMENTAS Hay una tierra devastada, destruida por un temporal que el destino caprichoso hace volver una y otra ...