"el aleteo de las alas de una mariposa, se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino)
Jeff Buckley - We all fall in love sometimes
la primera canción de este año, no podía ser otra. Espero que la disfrutes como yo
2014: Reinventarse… o morir
El 2013 fue como una máquina depuradora y nos brindó a todos un fuerte aseo
energético en donde nuestro ego perdió su protagonismo habitual y quedó bastante
empequeñecido ya que la tarea principal del año era: Descubrir nuestra esencia…
Y aquí estamos, semidesnudos de caretas –Ego– a solas con nuestra alma,
conectando y abrazando, al fin, a nuestro ser esencial.
Heredamos de la tridimensionalidad esa tendencia a evadir la realidad no
enfrentando las cosas desagradables o que producen miedo y dolor, como la muerte.
Siempre que pensamos en morir lo vemos como algo tan lejano, un suceso que
ocurrirá cuando la vejez ya no pueda hacerse cargo de nosotros y nos devuelva
a la fuente… pero la muerte es algo que nos está ocurriendo día a día. Ahora
mismo nos estamos muriendo… pero por no vivir conscientemente nos perdemos
este proceso que puede ser doloroso, pero eso no le resta belleza…
La pasada por el 2013 –o dos mil crece– nos ha permitido morir para poder
así renacer, renovarnos, reinventarnos, que es la clave para este 2014.
Morir es permitirnos que las energías gastadas, obsoletas o nocivas que hayan
en nuestras vidas se queden atrás y seguir caminando más ligeros… morir es
la capacidad de reconocer que estuvimos equivocados y empezar de otra manera…
morir es abrazar algo antes desconocido para nosotros… Morir es dejar de
enmascarar al Ser para que luzca la esencia… Morir es generar ese vacío para
que pueda llenarlo el nuevo Ser, ese que estás reinventando hoy con otra fuerza
y otros valores.
Morir es lo que le pasa a la oruga cuando se convierte en Mariposa que deja
de arrastrarse para pasar por un tiempo de purificación y luego lanzarse a
estrenar sus alas… y nuestra etapa de oruga se llamó 2013.
Ahora estamos listos para renacer y elevarnos… o seguir muriendo porque
ahora la consigna es: reinventarse o morir… y no queda de otra… es así y
no hay más.
Así que dale, saca todas tus ganas y conviértete en aquello que de verdad
eres y permítete el regalo de convertirte en la mejor versión de ti mismo
que existe.
En Amor y Conciencia.
Me® Blog: sanando el alma
_*EL CAMBIO.*_
Pertenece a un artículo publicado en el Confidencial por Miguel Ayuso.
Decía el gran poeta mexicano *Octavio Paz* que "las masas humanas más
peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del
miedo al cambio". La inmovilidad, en muchos casos, es peor que los
riesgos que tomamos al enfrentar un cambio vital, pero el cerebro humano
se acomoda fácilmente a la rutina y *salir del carril que tenemos
marcado requiere de esfuerzo y dedicación.*
En economía, el coste de oportunidad representa aquello a lo que
renunciamos cuando tomamos una decisión y no otra. *En la vida tenemos
múltiples opciones y elegir "que todo siga como está" es lo más
sencillo**.* Pero tiene un coste: estamos dando la espalda al resto de
alternativas que podrían hacernos más felices. Cambiar no es sencillo,
pero todos tenemos hábitos, costumbres o manías que haríamos bien en
modificar. Estas son siete claves que nos ayudarán a protagonizar
grandes cambios vitales.
*1. Para cambiar necesitas querer cambiar*
Parece una obviedad, pero no lo es. No es fácil saber exactamente las
cuestiones que queremos modificar en nuestro día a día. Muy pocas
personas afirmarían que no tienen nada que cambiar en su vida, pero a
buen seguro les costaría hacer una lista con los aspectos concretos de
su comportamiento con los que no están a gusto. Por otro lado,
*identificar un problema no significa que realmente estemos dispuestos a
hacer el esfuerzo para solucionarlo*. Todo cambio tiene un coste y unas
consecuencias, y tenemos que estar dispuestos a afrontarlas porque
creemos que merecerá la pena.
*2. No desperdicies los momentos de inspiración*
En nuestro devenir cotidiano tenemos momentos en los que somos
conscientes de que necesitamos un cambio, pero solemos pasarlos por
alto. Y nuestra memoria es precaria: *pasados unos minutos nos hemos
olvidados de que era imperante modificar tal o cual comportamiento.*
Estos momentos de inspiración, dramáticos pero fáciles de ignorar, son
clave para apostar por el cambio.
*3. Piensa en grande*
Nuestro ritmo de vida nos empuja a hacer demasiadas cosas a la vez, casi
de forma automática, sin que nos dé tiempo a pensar a qué nos dedicamos
realmente. Esto hace que nos olvidemos de pensar si realmente nos gusta
la forma en que nos movemos por la vida. Para afrontar un gran cambio
hay que pensar en grande, profundizando en el conocimiento de aquello
que es más importante en nuestra vida. *Dejarse llevar es la opción de
los cobardes,* y la cobardía provoca infelicidad.
*4. Ten claro que todo éxito llega a través del cambio*
En ocasiones creemos que nuestra situación puede cambiar sin que
nosotros hagamos nada por cambiarla. Pensamos que llegará alguien o algo
(la lotería, el gobierno, tu jefe, la familia…) que nos hará la vida más
fácil, pero no es verdad. *"Todos piensan en cambiar el mundo, pero
nadie piensa en cambiarse a sí mismo",* decía *Alexei Tolstoi.* La
realidad es que confiar en la esperanza de que las cosas cambien solas
es una opción más arriesgada que apostar por modificarlas: los cerditos
sólo se salvaron del lobo cuando se mudaron de casa.
*5. Asume los riesgos*
Todo cambio tiene un riesgo, pero peor es no hacer nada, aunque no
sepamos si vamos a tener éxito. "Si algo he aprendido durante todo el
tiempo que llevo dedicándome a la educación", explicaba el autor de /El
Cambio/ (Conecta), *Richard Gerver,* "es que *no aprendes nada nuevo
haciendo las cosas bien, aprendes algo nuevo cuando cometes un error *o
te das cuenta que no sabes algo o no sabes cómo hacerlo". Debemos vencer
el miedo al cambio, y abrazar los riesgos que conlleva, pues la inacción
es generalmente la peor opción.
*6. Ama la vida*
Todos tenemos algo que mejorar en nuestra vida. Hay quien sólo necesita
cambiar un hábito o una costumbre y quien tiene que dar un giro de 180
grados, pero todos tenemos que amar la vida para
querer que cambie. *La inmovilidad es propia de la muerte, no de la vida. *
Pertenece a un artículo publicado en el Confidencial por Miguel Ayuso.
Decía el gran poeta mexicano *Octavio Paz* que "las masas humanas más
peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del
miedo al cambio". La inmovilidad, en muchos casos, es peor que los
riesgos que tomamos al enfrentar un cambio vital, pero el cerebro humano
se acomoda fácilmente a la rutina y *salir del carril que tenemos
marcado requiere de esfuerzo y dedicación.*
En economía, el coste de oportunidad representa aquello a lo que
renunciamos cuando tomamos una decisión y no otra. *En la vida tenemos
múltiples opciones y elegir "que todo siga como está" es lo más
sencillo**.* Pero tiene un coste: estamos dando la espalda al resto de
alternativas que podrían hacernos más felices. Cambiar no es sencillo,
pero todos tenemos hábitos, costumbres o manías que haríamos bien en
modificar. Estas son siete claves que nos ayudarán a protagonizar
grandes cambios vitales.
*1. Para cambiar necesitas querer cambiar*
Parece una obviedad, pero no lo es. No es fácil saber exactamente las
cuestiones que queremos modificar en nuestro día a día. Muy pocas
personas afirmarían que no tienen nada que cambiar en su vida, pero a
buen seguro les costaría hacer una lista con los aspectos concretos de
su comportamiento con los que no están a gusto. Por otro lado,
*identificar un problema no significa que realmente estemos dispuestos a
hacer el esfuerzo para solucionarlo*. Todo cambio tiene un coste y unas
consecuencias, y tenemos que estar dispuestos a afrontarlas porque
creemos que merecerá la pena.
*2. No desperdicies los momentos de inspiración*
En nuestro devenir cotidiano tenemos momentos en los que somos
conscientes de que necesitamos un cambio, pero solemos pasarlos por
alto. Y nuestra memoria es precaria: *pasados unos minutos nos hemos
olvidados de que era imperante modificar tal o cual comportamiento.*
Estos momentos de inspiración, dramáticos pero fáciles de ignorar, son
clave para apostar por el cambio.
*3. Piensa en grande*
Nuestro ritmo de vida nos empuja a hacer demasiadas cosas a la vez, casi
de forma automática, sin que nos dé tiempo a pensar a qué nos dedicamos
realmente. Esto hace que nos olvidemos de pensar si realmente nos gusta
la forma en que nos movemos por la vida. Para afrontar un gran cambio
hay que pensar en grande, profundizando en el conocimiento de aquello
que es más importante en nuestra vida. *Dejarse llevar es la opción de
los cobardes,* y la cobardía provoca infelicidad.
*4. Ten claro que todo éxito llega a través del cambio*
En ocasiones creemos que nuestra situación puede cambiar sin que
nosotros hagamos nada por cambiarla. Pensamos que llegará alguien o algo
(la lotería, el gobierno, tu jefe, la familia…) que nos hará la vida más
fácil, pero no es verdad. *"Todos piensan en cambiar el mundo, pero
nadie piensa en cambiarse a sí mismo",* decía *Alexei Tolstoi.* La
realidad es que confiar en la esperanza de que las cosas cambien solas
es una opción más arriesgada que apostar por modificarlas: los cerditos
sólo se salvaron del lobo cuando se mudaron de casa.
*5. Asume los riesgos*
Todo cambio tiene un riesgo, pero peor es no hacer nada, aunque no
sepamos si vamos a tener éxito. "Si algo he aprendido durante todo el
tiempo que llevo dedicándome a la educación", explicaba el autor de /El
Cambio/ (Conecta), *Richard Gerver,* "es que *no aprendes nada nuevo
haciendo las cosas bien, aprendes algo nuevo cuando cometes un error *o
te das cuenta que no sabes algo o no sabes cómo hacerlo". Debemos vencer
el miedo al cambio, y abrazar los riesgos que conlleva, pues la inacción
es generalmente la peor opción.
*6. Ama la vida*
Todos tenemos algo que mejorar en nuestra vida. Hay quien sólo necesita
cambiar un hábito o una costumbre y quien tiene que dar un giro de 180
grados, pero todos tenemos que amar la vida para
querer que cambie. *La inmovilidad es propia de la muerte, no de la vida. *
BRINDEMOS POR LA VIDA
Que poco para que termine el año, apenas tres días y el 2013 será historia. Así, de un día para otro, de una hora a otra, de un minuto a otro... así cambia un año, de un momento a otro, como tantas otras cosas.
Mucha gente espera el año nuevo como si esperase un milagro. Como si las doce campanadas nos transportaran por arte de magia de un lugar sombrío de nuestra existencia a otro más soleado que aún no conocemos pero que nos genera siempre expectativas como todo lo nuevo. ¡Ay! que ingenuos somos, buscando esa felicidad enlatada o metida en una caja con un lazo dorado. Esperamos con ilusión que aparezca ese paisaje deseado, esa especie de oasis en el desierto de nuestra vida. Nos vestimos de gala para recibirlo y apuramos los últimos minutos del que se va con rituales de buena suerte entre uvas y brindis espumosos. Nos besamos alegremente entre burbujas subidas de tono y ¡voilá! año nuevo, vida nueva suelen decir. Pero todos volverán a su misma casa, a su misma cama, a su misma rutina y a su misma vida.
Y la vida seguirá contando horas, días, semanas, meses... de un momento a otro.
Brindemos por llenar cada uno de esos instantes de intensidad, de alegría, de plenitud, de vida, brindemos simplemente por la vida .
A. Aroca
Que poco para que termine el año, apenas tres días y el 2013 será historia. Así, de un día para otro, de una hora a otra, de un minuto a otro... así cambia un año, de un momento a otro, como tantas otras cosas.
Mucha gente espera el año nuevo como si esperase un milagro. Como si las doce campanadas nos transportaran por arte de magia de un lugar sombrío de nuestra existencia a otro más soleado que aún no conocemos pero que nos genera siempre expectativas como todo lo nuevo. ¡Ay! que ingenuos somos, buscando esa felicidad enlatada o metida en una caja con un lazo dorado. Esperamos con ilusión que aparezca ese paisaje deseado, esa especie de oasis en el desierto de nuestra vida. Nos vestimos de gala para recibirlo y apuramos los últimos minutos del que se va con rituales de buena suerte entre uvas y brindis espumosos. Nos besamos alegremente entre burbujas subidas de tono y ¡voilá! año nuevo, vida nueva suelen decir. Pero todos volverán a su misma casa, a su misma cama, a su misma rutina y a su misma vida.
Y la vida seguirá contando horas, días, semanas, meses... de un momento a otro.
Brindemos por llenar cada uno de esos instantes de intensidad, de alegría, de plenitud, de vida, brindemos simplemente por la vida .
A. Aroca
EL TONTO DEL PUEBLO.
Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo. Un pobre infeliz, de poca inteligencia, que vivía de pequeñas dádivas y limosnas. Diariamente ellos llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una grande de 400 reales y otra menor, de 2000 reales. Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Cierto día, alguien que observaba al grupo le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda mayor valía menos. - “Lo sé”, respondió, “no soy tan tonto”. Ya sé que la que cojo vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguecito acaba y no voy a ganar más mi moneda”. Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones: La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es. La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la historia? La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos. Pero la conclusión más interesante es: Podemos estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, si no lo que uno piensa de sí mismo. El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente.
Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo. Un pobre infeliz, de poca inteligencia, que vivía de pequeñas dádivas y limosnas. Diariamente ellos llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una grande de 400 reales y otra menor, de 2000 reales. Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Cierto día, alguien que observaba al grupo le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda mayor valía menos. - “Lo sé”, respondió, “no soy tan tonto”. Ya sé que la que cojo vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguecito acaba y no voy a ganar más mi moneda”. Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones: La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es. La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la historia? La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos. Pero la conclusión más interesante es: Podemos estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, si no lo que uno piensa de sí mismo. El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente.
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