VARIAS
PREGUNTAS
La
política siempre me ha generado muchas dudas, será porque no la
entiendo; aún así no se puede vivir al margen de ella puesto que
nos involucra de alguna forma y como seres pensantes que somos, nos
induce a reflexionar y a sacar nuestras propias conclusiones.
La
separación iglesia-estado me parece una buena opción como forma
política pero mal llevada a la práctica por por lo incoherente de
la postura laicista del momento que defiende la libertad de
conciencia y la no imposición de normas y valores morales de ninguna
religión y sin embargo, le da amparo a creencias religiosas de
otras culturas, permitiendo y contribuyendo incluso a su
manifestación, excusándose en la doctrina de tolerancia, pluralidad
y diversidad cultural que los define.
Se
supone que aquellos que nos gobiernan tienen el deber de
representarnos a todos por igual, sin distinción, compartan su misma
ideología política o no, atendiendo a las bases democráticas de
respeto y libertad de los derechos de todos y cada uno de sus
miembros.
¿Por
qué entonces se afanan en rechazar, despreciar y eliminar valores y
creencias de aquellos que no son afines a su ideología pero a
quienes también representan?.
¿No
es esto una actitud cainita que refleja más el anacronismo arraigado
de la historia de nuestro país que nos persigue como un lastre?.
¿Por
qué se excusan en una postura laica para destruir intereses
culturales, tradicionales o históricos solo por ser contrarios a una
corriente de pensamiento que pretenden imponer resabiadamente,
desenterrando una vez más el antagonismo que nos divide en vez de
conciliar, respetar y olvidar viejos agravios que sirven para separar
en vez de de aunar?
¿Por
qué no se preocupan de practicar una política verdadera de
libertad, no solo económica sino también de valores, donde cada uno
pueda manifestarse libremente según su conciencia y moral, sin que
una vaya en detrimento de la otra?
Tal
vez mi modelo de estado sea una utopía teniendo en cuenta que el que
gobierna, antes de ser político es hombre y al hombre, lo pierde su
ego.
Solo
hay algo peor que el radicalismo y es el radicalismo disfrazado de
valores. Es difícil entender eso.
A.
Aroca
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