EL OJO Y LA INTUICIÓN

Cuando miramos alguna cosa pensamos que vemos con los ojos pero no es 
cierto. El ojo es la lente, el instrumento por el cual percibimos la 
imagen, pero en realidad la mirada no nace en él, viene de mucho más 
adentro.
Por eso dos personas pueden mirar la misma cosa y sin embargo, estar 
percibiendo otra totalmente distinta porque cada uno se verá 
influenciado por emociones diferentes.
Sin embargo, esta percepción se puede alterar al dejarnos influir 
excesivamente por nuestros deseos, justificándonos 
tal vez en una intuición a la que le damos todo el valor que le restamos
a la razón o a los hechos.

Hay que tener cuidado con ésto, ya que aunque nuestra mirada nazca en el 
interior, también nos puede llevar a engaño, al ver solo lo que queremos 
ver sin tener en cuenta la realidad, que sería, en este caso,  muy distinta a lo que 
estamos percibiendo. 
La intuición a veces puede ser certera pero tiene que estar respaldada por los hechos que
son los que lo evidencian  y éstos, nos gusten o no, es lo único con
lo que podemos contar, aunque nuestro corazón nos esté contando otra película. 

A. Aroca

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