MENSAJITOS DE NAVIDAD

Ya empiezan, bueno ya hace tiempo que han empezado, los mensajitos de navidad. Cada año se adelantan un poco más. No es que no me gusten, es que me parecen absurdos, todo en la Navidad me parece absurdo. Yo agradezco a los amigos que me lo envían con la mejor fé, con el espíritu navideño pero la verdad es que yo no lo tengo y cuando recibo tres seguidos antes del día incluso de la Inmaculada, ya me empiezan a cansar.
Siento ser tan dura y respeto a todos los que disfrutan de estas fiestas, pero no puedo entender eso del espíritu navideño y todo lo que lleva consigo. ¿Significa acaso que de la noche a la mañana a todos nos envuelve una aureola de bondad?. No me lo creo; el siete de enero volveremos a ser los mismos puñeteros de siempre, con la tripa más gorda y la cuenta más flaca. Comidas y comidas, compromisos, regalos en los que te habrás partido la cabeza porque hoy todo el mundo tiene de todo y no sabes con qué acertar. Estamos inmersos en un bucle del que es imposible escapar.  Lo único que merece la pena son las caras de esos niños que aún no han perdido la ilusión, y que disfrutan con los belenes, la fiesta del cole, los Reyes Magos o Papá Noél aunque con esto del laicismo, ya no se disfrazan de pastores ni de San José,  ni de Virgen María; ahora lo hacen de campana o de mazapán.
Aún así yo sigo decorando mi casa aunque mi Belén cada vez es más pequeño. Sigo asistiendo a comidas y comparto mesa con amigos y enemigos, algunas me gustan más que otras, que le vamos a hacer. Sigo comprando regalos a pesar de mi corto presupuesto, y seguramente enviaré algún que otro mensaje de Navidad pero cuando llegue la noche del veinticuatro, o el veinticinco si  se me ha olvidado alguien,  pero no dejo de reconocer que esto de la Navidad es una gran mentira y que el espíritu navideño hay que mantenerlo los trescientos sesenta y cinco días del año, pero es tan difícil ¿verdad?. Cómo se puede mantener una máscara durante tanto tiempo, je,je.

A. Aroca