"No es lo que te sucede, es la actitud con la que te enfrentas a lo
que te sucede."

Es cierto que no siempre tenemos el mismo ánimo o la misma fuerza; hay
días terribles y días maravillosos y apenas ha pasado nada entre uno y
otro, quiero decir, que el problema que tenías ayer, lo sigues teniendo
hoy y sin embargo, tu ánimo o tu estado interior no es el mismo. Y ¿por
qué? ¿Significa que te has levantado con el pie izquierdo y todo lo ves
negro? Puede ser, pero la verdad es que todo es cuestión de enfoque.

He notado que si te quedas quieto, lamentándote de tu situación,
dejándote llevar por el vaivén de la vida con una actitud negativa,
llegará un momento en el que no puedas levantar cabeza y te seguirás
hundiendo más y más en el fango hasta que termines por desintegrarte.
Esa no es la actitud.

Hay que pelear, pelear contra ti mismo mucho más que contra los demás
porque no tienes más remedio que vivir en esta jungla que no va a
cambiar por mucho que te lamentes. Claro que te gustaría huir, salir
corriendo y no parar hasta perder de vista todo lo que te incomoda pero
eso solo te aleja de la realidad momentáneamente, mientras dura la
ilusión. Lo real es que tienes que permanecer, serenarte, enfocar el
problema y actuar en consecuencia. La forma en la que te enfrentes al
problema será determinante puesto que actitudes derrotistas solo te
traerán la derrota, actitudes conformistas la resignación y actitudes
agresivas, la ira que nubla tu razón y te duplicará el problema.

Lo más importante es permanecer sereno y actuar hábilmente, con
diligencia, con fortaleza de ánimo, con seguridad en ti mismo porque
aquellos que sacan los colmillos también están muertos de miedo.

A veces, hay que entrar en el juego aunque solo sea para conocer las
reglas; solo así puedes ganar, o por lo menos no salir muy perjudicado.

La vida te ofrece oportunidades maravillosas para conocer a los demás y
para conocerte a ti mismo, aprovechalas, y juega con tus propias cartas.
Todos tenemos una baraja para extender en el tablero de la vida. No
debes sentirte perdedor, sino jugador; así si no ganas por lo menos
tampoco habrás perdido.
Recuerda lo importante que es la actitud; en esta batalla de la vida, el
cincuenta por ciento la lucha será contra los demás pero el otro
cincuenta, será contra ti mismo.


A. Aroca

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