ALGO DEBE ESTAR CAMBIANDO EN MI
Una hoja en blanco delante de mi y un bolígrafo que se pasea entre mis manos y juguetea con mis dedos esperando que la impronta de mis pensamientos se transformen en caligrafía, pero no es así. Algunas palabras sueltas se cuelan y empiezan a desfilar por el espacio en blanco como una fila desordenada de hormigas; no tienen sentido, ni siquiera saben a verso y las tacho rápidamente como arrepentida de haber ensuciado el blanco para esto. Soy incapaz de escribir nada, nada que realmente valga la pena. Parece que ya no tenga nada que decir o quizás no encuentro la forma de hacerlo.
Algo debe estar cambiando en mí, algo debe estar pasando por ahí dentro que no me deja ni siquiera escribir. Tal vez he dejado de huir, puede ser que me haya cansado de correr o quizás sea que por fin he alcanzado el suelo.
A. Aroca
Una hoja en blanco delante de mi y un bolígrafo que se pasea entre mis manos y juguetea con mis dedos esperando que la impronta de mis pensamientos se transformen en caligrafía, pero no es así. Algunas palabras sueltas se cuelan y empiezan a desfilar por el espacio en blanco como una fila desordenada de hormigas; no tienen sentido, ni siquiera saben a verso y las tacho rápidamente como arrepentida de haber ensuciado el blanco para esto. Soy incapaz de escribir nada, nada que realmente valga la pena. Parece que ya no tenga nada que decir o quizás no encuentro la forma de hacerlo.
Algo debe estar cambiando en mí, algo debe estar pasando por ahí dentro que no me deja ni siquiera escribir. Tal vez he dejado de huir, puede ser que me haya cansado de correr o quizás sea que por fin he alcanzado el suelo.
A. Aroca
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