LA MARIPOSA BLANCA

La mañana continúa su ritmo tedioso, a veces tengo que salir fuera de
aquél reducido espacio porque necesito respirar, reservar mis oídos de
aquel tumulto de voces incesantes. Me pierdo entre las baldosas y el
verde del exterior con pasos lentos llenos de humo. Observo el paisaje
cotidiano: el mismo cielo, los mismos árboles, el mismo suelo, la misma
gente... intento pasar desapercibida y permanecer en soledad; tres,
cuatro, cinco minutos... para mí suficiente. Una mariposa blanca
revolotea a mi alrededor, lleva días siguiéndome; como una florecilla
que zarandeada por el viento no encuentra suelo donde posarse. La llamo
con la mirada: Ven aquí, ven, y se posa sobre mi pecho dejando
descansar sus alas por un instante. Y la envío dirección norte como
paloma mensajera. Movió sus alas y se fue en un suspiro y con un
suspiro. Aún no sé si llegó a su destino.

@Maroka

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