¿SABEMOS QUIENES SOMOS?
REFLEXIÓN PARA EL FIN DE SEMANA
Parece una pregunta absurda porque todo el mundo sabe perfectamente
quién es.
Todos tenemos un aspecto, una identidad, una personalidad..., una
fachada en definitiva que mostramos a los demás y a nosotros mismos
como una imagen reflejada en un espejo que devuelve exactamente eso: la
apariencia que nos conforma. Pero este conocimiento es superficial, es
lo que nos identifica exteriormente desde el aspecto físico al carácter.
Los gustos, las creencias, las ideologías, los estados personales, la
situación familiar o económica, las aptitudes, los valores, ... todo ese
conjunto de factores que nos definen y que son fácilmente identificables
y con los que nos desarrollamos día a día en nuestra rutina, en nuestra
vida y con nuestros semejantes.
Pero que pasa en el interior de cada uno de nosotros, sabemos realmente
quién vive de piel para dentro. Para eso, hay que parar, ausentarse de
la realidad, de lo cotidiano, retirarse del espejo y hacer un poco de
introspección; profundizar en nuestro interior donde no hay
complementos ni otras distracciones, donde no hay ruídos ni compañías,
ni nombres, ni lugares, ni tiempo. Allí donde reside el alma desnuda,
está la única respuesta a esta absurda pregunta.
Ya he dicho en otras ocasiones que hay que ser valiente para mirar
dentro de uno mismo porque seguramente no nos gustará lo que veamos y
porque además, sentiremos miedo de que esa visión nos comprometa
interiormente a realizar algunos cambios o ajustes en nuestra vida, que
por comodidad o costumbre no queremos afrontar.
Cuando se ha tenido una revelación de este tipo, uno ya no vuelve ser el
mismo y el replanteamiento de nuestra existencia se torna inevitable,
solo es cuestión del tiempo que se necesite para asimilar, aceptar y
decidir.
Es difícil vivir ficticiamente cuando se ha tenido una visión tan real
de uno mismo.
Nos surgiran muchas preguntas que al final revertirán en una sola: ¿soy
realmente feliz con mi vida? Si la respuesta es sí, enhorabuena; pero si
es negativa, tienes un gran trabajo por delante; un difícil reto en el
que solo tú tienes la última palabra porque solo de ti y únicamente de
ti, depende tu felicidad.
¡Ay la felicidad!, que gran enigma, tendemos a buscarla en otras cosas,
en otras personas cuando realmente, la felicidad funciona de otra
manera, de dentro hacia fuera y no al revés.
A. Aroca
