Sobre la Libertad
Debemos ser libres, no para hacer lo que nos plazca, sino libres para comprender muy profundamente nuestros propios instintos e impulsos.
La libertad no es para hacer lo que nos antoja, sino que consiste mas bien en estar libres de todo el tormento de la vida, de nuestros problemas, ansiedades, miedos, heridas psicológicas y de todo el conflicto que hemos tolerado en nosotros mismos y en el mundo.
Estar por completo libres internamente del "Yo" sin ser absorbidos por algo - ya sea un paisaje, una idea, etc..., es la esencia de la belleza"

 K r i s h n a m u r t i.


Carl Orff: Carmina Burana


DICCIONARIO


El naufragio del hombre.


“Maneje su carro con un solo dedo”, “conozca el mundo sin salir de casa”, “endurezca sus glúteos sin levantarse del sillón”, “hágase millonario sin esfuerzo”, “compre desde su hogar”, “lo hacemos todo por usted”, “hable más tiempo, más lejos, más barato”, “beba, coma, duerma, rásquese, mire”, “no lo piense más: haga daño”, “nosotros disparamos mientras usted descansa”, “produzca diez toneladas de basura con un solo euro”, “mate más niños a menos precio”, “mutílese gratis”, “destruya el planeta desde la pantalla de su ordenador”, “no lea, no piense, no luche, no se canse, no viva: vea la televisión”. 
Santiago Alba Rico, filósofo y ensayista, analiza la cultura capitalista en su libro filosófico con toques antropológicos "El Naufragio del Hombre":


El placer de hacerlo todo pedazos

"Lo único que no cuesta nada es la esclavitud
lo único que no requiere esfuerzo es la derrota 
lo más cómodo es dejarse destruir

Fuente: Una antropóloga en la luna.
DESCUBRIR UN PAÍS

Emocionarse, prepararse, explorar cada rincón lleno de misterio,
descubrir todos los placeres que genera la novedad de lo extraño.
Puede que decidas regresar si la primera vez te atrapa o puede que no
regreses jamás si no te gusta, si no ha colmado tus expectativas o te
parece demasiado peligroso; hay que ser valiente para adentrarse en
territorio ajeno.
Visitar un país necesita su tiempo, no solo pequeñas visitas que no te
llevarán mucho más allá de la frontera.
Visitar un país es siempre una aventura, una esperanza, un halo de
frescura y también un riesgo.

Descubrir un país es en definitiva como descubrir un cuerpo, o al revés.

A. Aroca

Arisa - Missiva d' Amore "by pepe le pew".wmv

Alegría

 Uno tiene derecho a la alegría. A veces es humo o es niebla o es celaje. Pero detrás de esas demoras ella está, esperando. Siempre hay una hendija del alma por donde la alegría asoma sus despabiladas pupilas. Entonces el corazón se vuelve más vivaz, se extrae de su quietud y es casi pájaro.

 La alegría sobreviene después de las ausencias, al fin de las nostalgias. Si uno se reencuentra con lo amado y su revelación unánime, es lógico que el gozo nos abrace y a uno le vienen las ganas de cantar. Aunque no tenga voz, aunque esté ronco de pasadas angustias.

 Después de todo la alegría es un préstamo, no nos pertenece. Es una locurita, un premio pasajero, pero la disfrutamos como si fuera propia, como un lucro, como una primavera de la vida. Ella se aferra al tiempo, arrastra su poquito de la infancia y se mete soplando en la vejez.
Semana tras semana, año tras año, la alegría va llenando vacíos. Hasta que no puede más y se vuelve tristeza.

Mario Benedetti - Vivir adrede.

Jacqueline Fuentes - Sinuoso Trópico "by pepe le pew"

LO QUE NOS PERTENECE. Reflexión para el fín de semana.

Cada uno tiene que cargar con su propia mochila, la que nos corresponde
por destino o por cualquier otra circunstancia, pero lo cierto es que
cada uno debe asumir su propio peso. Podemos ayudar al otro, pero no
llevar su carga porque entonces soportarías un peso que no te
corresponde y te sentirías cada vez más pesado y por lo tanto, peor y
éste hecho irá influenciando gradualmente en muchos aspectos de tu
vida, sobretodo en lo emocional, que es lo que primero se verá afectado.
A veces nos sentimos en la oblgación de llevar el peso de otros por
diversos motivos: deber, compromiso, costumbres y costumbre, porque
tanto lo bueno como lo malo acaba por convertirse en rutina.
En el caso de nuestros hijos, tendemos a sobreprotegerlos en vez de
enseñarles a ser autosuficientes y a vivir como seres independientes y
libres; nos hacemos cargo de sus mochilas llenas de responsabilidades
para evitarles sufrimiento y los malacostumbramos a ir ligeros como
plumas, con lo cual la futura caída es inevitable.
Nadie debería depender de ningún otro en ningún aspecto, ni económica ni
afectiva ni personalmente; viviríamos con plena libertad, lo que haría
que las personas se reunieran por elección y no por necesidad. Sin
embargo, con el panorama económico actual, cada vez se torna más difícil
la independencia económica, de la que provienen por desgracia, todas las
demás.
A veces, es también un patrón cultural. Somos mejores padres, parejas o
amigos por cargar con la mochila del otro y cuando te das cuenta de lo
erróneo de esa creencia, ya estás demasiado lejos como para retroceder.
Otra cuestión añadida es la culpa. Las mochilas están repletas de
culpas: culpas propias y ajenas, recogidas en un mismo saco de
desconcierto y desesperanza que no se vacía con el tiempo sino muy al
contrario porque por sus agujeros entran sin darte cuenta el
resentimiento, el hastío y la resignación.
Sería bueno entender que no existen culpables, solo errores; errores
subsanables, problemas con solución porque todos los callejones tienen
salida menos el de la muerte, que a veces también constituye una salida
para el sufrimiento aunque esa puerta, solo puede abrirla Dios.

Así que coloca en tu mochila tu propio peso y deja que cada uno soporte
la suya. Camina equilibrado por los senderos que te marca la vida; el
camino, largo o corto, fácil o dificultoso empieza con un solo paso, el
que te llevará a conseguir lo que te corresponde porque imposible no es
aquello que no podamos alcanzar, sino aquello que no está en nuestro
camino y por lo tanto, no nos pertenece.

A. Aroca
Definitivamente, me rindo. 

QUIEN HA VIVIDO MUCHAS TORMENTAS Hay una tierra devastada, destruida por un temporal que el destino caprichoso hace volver una y otra ...