"el aleteo de las alas de una mariposa, se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino)
«Santa Ágatha, la torera»
«Santa Ágatha, la torera», se llama la exposición donde terminé ayer mis
compras de reyes. Ya sabéis que no me gusta ir de tiendas y mucho menos
en estas fechas. Cansada de codazos, pisotones y de esquivar los
paraguas de la gente, me escapé de la bulla por los aledaños de las
calles más transitadas -con la tranquilidad de haber terminado mis
compras, claro- y me encontré de repente en la calle Pérez Galdós, en
pleno barrio de la Alfalfa, en la galería Delimbo.
Una colección de obras coloristas con un punto barroco, piezas tejidas
en croché por Agata Oleksiak, más conocida por Olek, y más conocida aún
si os digo que es la que atavió de ganchillo a nuestro Cid Campeador del
Prado de San Sebastián, con la consiguiente polémica que suscitó entre
algunos sevillanos. Su primera intención fue crochetear la estatua de
San Fernando de la Plaza Nueva pero el ayuntamiento negó los permisos a
la artista argumentando la importancia de la figura del patrón de Sevilla.
Esta neoyorquina de origen polaco, fascinada sin duda por nuestro
folklore, ofrece un estilo vanguardista en sus creaciones que mezcla con
temas tradicionales como el flamenco, la imaginería o los toros.
También muchos guiños a Santa Ágata, una mártir a la que le cortaron los
senos. Es la forma de protestar de la artista frente a lo que ella
entiende como la «minusvaloración de la mujer en el arte contemporáneo».
Un paritorio camuflado entre las piezas de croché, paños de hilo que
recuerdan al manto de una virgen… completan la serie que marca la protesta.
Y un texto que me gustó crocheteado en un tríptico de grandes
dimensiones con la siguiente literatura:
And ther god said:
let there be
# sexy
#passionate
#irresistible
#crazy
#woman
that takes no #shit.
So he created Agatha.
«Santa Ágatha, la torera», se llama la exposición donde terminé ayer mis
compras de reyes. Ya sabéis que no me gusta ir de tiendas y mucho menos
en estas fechas. Cansada de codazos, pisotones y de esquivar los
paraguas de la gente, me escapé de la bulla por los aledaños de las
calles más transitadas -con la tranquilidad de haber terminado mis
compras, claro- y me encontré de repente en la calle Pérez Galdós, en
pleno barrio de la Alfalfa, en la galería Delimbo.
Una colección de obras coloristas con un punto barroco, piezas tejidas
en croché por Agata Oleksiak, más conocida por Olek, y más conocida aún
si os digo que es la que atavió de ganchillo a nuestro Cid Campeador del
Prado de San Sebastián, con la consiguiente polémica que suscitó entre
algunos sevillanos. Su primera intención fue crochetear la estatua de
San Fernando de la Plaza Nueva pero el ayuntamiento negó los permisos a
la artista argumentando la importancia de la figura del patrón de Sevilla.
Esta neoyorquina de origen polaco, fascinada sin duda por nuestro
folklore, ofrece un estilo vanguardista en sus creaciones que mezcla con
temas tradicionales como el flamenco, la imaginería o los toros.
También muchos guiños a Santa Ágata, una mártir a la que le cortaron los
senos. Es la forma de protestar de la artista frente a lo que ella
entiende como la «minusvaloración de la mujer en el arte contemporáneo».
Un paritorio camuflado entre las piezas de croché, paños de hilo que
recuerdan al manto de una virgen… completan la serie que marca la protesta.
Y un texto que me gustó crocheteado en un tríptico de grandes
dimensiones con la siguiente literatura:
And ther god said:
let there be
# sexy
#passionate
#irresistible
#crazy
#woman
that takes no #shit.
So he created Agatha.
Jeff Buckley - We all fall in love sometimes
la primera canción de este año, no podía ser otra. Espero que la disfrutes como yo
2014: Reinventarse… o morir
El 2013 fue como una máquina depuradora y nos brindó a todos un fuerte aseo
energético en donde nuestro ego perdió su protagonismo habitual y quedó bastante
empequeñecido ya que la tarea principal del año era: Descubrir nuestra esencia…
Y aquí estamos, semidesnudos de caretas –Ego– a solas con nuestra alma,
conectando y abrazando, al fin, a nuestro ser esencial.
Heredamos de la tridimensionalidad esa tendencia a evadir la realidad no
enfrentando las cosas desagradables o que producen miedo y dolor, como la muerte.
Siempre que pensamos en morir lo vemos como algo tan lejano, un suceso que
ocurrirá cuando la vejez ya no pueda hacerse cargo de nosotros y nos devuelva
a la fuente… pero la muerte es algo que nos está ocurriendo día a día. Ahora
mismo nos estamos muriendo… pero por no vivir conscientemente nos perdemos
este proceso que puede ser doloroso, pero eso no le resta belleza…
La pasada por el 2013 –o dos mil crece– nos ha permitido morir para poder
así renacer, renovarnos, reinventarnos, que es la clave para este 2014.
Morir es permitirnos que las energías gastadas, obsoletas o nocivas que hayan
en nuestras vidas se queden atrás y seguir caminando más ligeros… morir es
la capacidad de reconocer que estuvimos equivocados y empezar de otra manera…
morir es abrazar algo antes desconocido para nosotros… Morir es dejar de
enmascarar al Ser para que luzca la esencia… Morir es generar ese vacío para
que pueda llenarlo el nuevo Ser, ese que estás reinventando hoy con otra fuerza
y otros valores.
Morir es lo que le pasa a la oruga cuando se convierte en Mariposa que deja
de arrastrarse para pasar por un tiempo de purificación y luego lanzarse a
estrenar sus alas… y nuestra etapa de oruga se llamó 2013.
Ahora estamos listos para renacer y elevarnos… o seguir muriendo porque
ahora la consigna es: reinventarse o morir… y no queda de otra… es así y
no hay más.
Así que dale, saca todas tus ganas y conviértete en aquello que de verdad
eres y permítete el regalo de convertirte en la mejor versión de ti mismo
que existe.
En Amor y Conciencia.
Me® Blog: sanando el alma
_*EL CAMBIO.*_
Pertenece a un artículo publicado en el Confidencial por Miguel Ayuso.
Decía el gran poeta mexicano *Octavio Paz* que "las masas humanas más
peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del
miedo al cambio". La inmovilidad, en muchos casos, es peor que los
riesgos que tomamos al enfrentar un cambio vital, pero el cerebro humano
se acomoda fácilmente a la rutina y *salir del carril que tenemos
marcado requiere de esfuerzo y dedicación.*
En economía, el coste de oportunidad representa aquello a lo que
renunciamos cuando tomamos una decisión y no otra. *En la vida tenemos
múltiples opciones y elegir "que todo siga como está" es lo más
sencillo**.* Pero tiene un coste: estamos dando la espalda al resto de
alternativas que podrían hacernos más felices. Cambiar no es sencillo,
pero todos tenemos hábitos, costumbres o manías que haríamos bien en
modificar. Estas son siete claves que nos ayudarán a protagonizar
grandes cambios vitales.
*1. Para cambiar necesitas querer cambiar*
Parece una obviedad, pero no lo es. No es fácil saber exactamente las
cuestiones que queremos modificar en nuestro día a día. Muy pocas
personas afirmarían que no tienen nada que cambiar en su vida, pero a
buen seguro les costaría hacer una lista con los aspectos concretos de
su comportamiento con los que no están a gusto. Por otro lado,
*identificar un problema no significa que realmente estemos dispuestos a
hacer el esfuerzo para solucionarlo*. Todo cambio tiene un coste y unas
consecuencias, y tenemos que estar dispuestos a afrontarlas porque
creemos que merecerá la pena.
*2. No desperdicies los momentos de inspiración*
En nuestro devenir cotidiano tenemos momentos en los que somos
conscientes de que necesitamos un cambio, pero solemos pasarlos por
alto. Y nuestra memoria es precaria: *pasados unos minutos nos hemos
olvidados de que era imperante modificar tal o cual comportamiento.*
Estos momentos de inspiración, dramáticos pero fáciles de ignorar, son
clave para apostar por el cambio.
*3. Piensa en grande*
Nuestro ritmo de vida nos empuja a hacer demasiadas cosas a la vez, casi
de forma automática, sin que nos dé tiempo a pensar a qué nos dedicamos
realmente. Esto hace que nos olvidemos de pensar si realmente nos gusta
la forma en que nos movemos por la vida. Para afrontar un gran cambio
hay que pensar en grande, profundizando en el conocimiento de aquello
que es más importante en nuestra vida. *Dejarse llevar es la opción de
los cobardes,* y la cobardía provoca infelicidad.
*4. Ten claro que todo éxito llega a través del cambio*
En ocasiones creemos que nuestra situación puede cambiar sin que
nosotros hagamos nada por cambiarla. Pensamos que llegará alguien o algo
(la lotería, el gobierno, tu jefe, la familia…) que nos hará la vida más
fácil, pero no es verdad. *"Todos piensan en cambiar el mundo, pero
nadie piensa en cambiarse a sí mismo",* decía *Alexei Tolstoi.* La
realidad es que confiar en la esperanza de que las cosas cambien solas
es una opción más arriesgada que apostar por modificarlas: los cerditos
sólo se salvaron del lobo cuando se mudaron de casa.
*5. Asume los riesgos*
Todo cambio tiene un riesgo, pero peor es no hacer nada, aunque no
sepamos si vamos a tener éxito. "Si algo he aprendido durante todo el
tiempo que llevo dedicándome a la educación", explicaba el autor de /El
Cambio/ (Conecta), *Richard Gerver,* "es que *no aprendes nada nuevo
haciendo las cosas bien, aprendes algo nuevo cuando cometes un error *o
te das cuenta que no sabes algo o no sabes cómo hacerlo". Debemos vencer
el miedo al cambio, y abrazar los riesgos que conlleva, pues la inacción
es generalmente la peor opción.
*6. Ama la vida*
Todos tenemos algo que mejorar en nuestra vida. Hay quien sólo necesita
cambiar un hábito o una costumbre y quien tiene que dar un giro de 180
grados, pero todos tenemos que amar la vida para
querer que cambie. *La inmovilidad es propia de la muerte, no de la vida. *
Pertenece a un artículo publicado en el Confidencial por Miguel Ayuso.
Decía el gran poeta mexicano *Octavio Paz* que "las masas humanas más
peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del
miedo al cambio". La inmovilidad, en muchos casos, es peor que los
riesgos que tomamos al enfrentar un cambio vital, pero el cerebro humano
se acomoda fácilmente a la rutina y *salir del carril que tenemos
marcado requiere de esfuerzo y dedicación.*
En economía, el coste de oportunidad representa aquello a lo que
renunciamos cuando tomamos una decisión y no otra. *En la vida tenemos
múltiples opciones y elegir "que todo siga como está" es lo más
sencillo**.* Pero tiene un coste: estamos dando la espalda al resto de
alternativas que podrían hacernos más felices. Cambiar no es sencillo,
pero todos tenemos hábitos, costumbres o manías que haríamos bien en
modificar. Estas son siete claves que nos ayudarán a protagonizar
grandes cambios vitales.
*1. Para cambiar necesitas querer cambiar*
Parece una obviedad, pero no lo es. No es fácil saber exactamente las
cuestiones que queremos modificar en nuestro día a día. Muy pocas
personas afirmarían que no tienen nada que cambiar en su vida, pero a
buen seguro les costaría hacer una lista con los aspectos concretos de
su comportamiento con los que no están a gusto. Por otro lado,
*identificar un problema no significa que realmente estemos dispuestos a
hacer el esfuerzo para solucionarlo*. Todo cambio tiene un coste y unas
consecuencias, y tenemos que estar dispuestos a afrontarlas porque
creemos que merecerá la pena.
*2. No desperdicies los momentos de inspiración*
En nuestro devenir cotidiano tenemos momentos en los que somos
conscientes de que necesitamos un cambio, pero solemos pasarlos por
alto. Y nuestra memoria es precaria: *pasados unos minutos nos hemos
olvidados de que era imperante modificar tal o cual comportamiento.*
Estos momentos de inspiración, dramáticos pero fáciles de ignorar, son
clave para apostar por el cambio.
*3. Piensa en grande*
Nuestro ritmo de vida nos empuja a hacer demasiadas cosas a la vez, casi
de forma automática, sin que nos dé tiempo a pensar a qué nos dedicamos
realmente. Esto hace que nos olvidemos de pensar si realmente nos gusta
la forma en que nos movemos por la vida. Para afrontar un gran cambio
hay que pensar en grande, profundizando en el conocimiento de aquello
que es más importante en nuestra vida. *Dejarse llevar es la opción de
los cobardes,* y la cobardía provoca infelicidad.
*4. Ten claro que todo éxito llega a través del cambio*
En ocasiones creemos que nuestra situación puede cambiar sin que
nosotros hagamos nada por cambiarla. Pensamos que llegará alguien o algo
(la lotería, el gobierno, tu jefe, la familia…) que nos hará la vida más
fácil, pero no es verdad. *"Todos piensan en cambiar el mundo, pero
nadie piensa en cambiarse a sí mismo",* decía *Alexei Tolstoi.* La
realidad es que confiar en la esperanza de que las cosas cambien solas
es una opción más arriesgada que apostar por modificarlas: los cerditos
sólo se salvaron del lobo cuando se mudaron de casa.
*5. Asume los riesgos*
Todo cambio tiene un riesgo, pero peor es no hacer nada, aunque no
sepamos si vamos a tener éxito. "Si algo he aprendido durante todo el
tiempo que llevo dedicándome a la educación", explicaba el autor de /El
Cambio/ (Conecta), *Richard Gerver,* "es que *no aprendes nada nuevo
haciendo las cosas bien, aprendes algo nuevo cuando cometes un error *o
te das cuenta que no sabes algo o no sabes cómo hacerlo". Debemos vencer
el miedo al cambio, y abrazar los riesgos que conlleva, pues la inacción
es generalmente la peor opción.
*6. Ama la vida*
Todos tenemos algo que mejorar en nuestra vida. Hay quien sólo necesita
cambiar un hábito o una costumbre y quien tiene que dar un giro de 180
grados, pero todos tenemos que amar la vida para
querer que cambie. *La inmovilidad es propia de la muerte, no de la vida. *
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